Estimado camarada y amigo:
Sentí muchísimo no poder venir a despedirlos a usted y sus amigos cuando dejaron nuestro país, pero me fue completamente imposible; le ruego me perdone y que no me guarde rencor por creerme una desagradecida.
         Sentiría que nos olvidase, pues le aseguro que nosotros le recordamos constantemente, y principalmente yo, que, aunque no le vuelva a ver, le recordaré siempre a usted y a su maravillosa música.
         Quiero recordarle, por si se le olvida, que la mejor obra musical suya será la que componga en Mallorca, así es que tengo ganas de que se acabe la guerra para ver si puedo localizarlo en alguna parte y hacerle cumplir su promesa. Confío en volverle a ver y tener el placer de volver a oír su música.
         Salude a sus amigos, y hasta pronto.
         Libertad Picornell.