Epistolario - Familia [Carta]

Fecha: 29/06/1937
Remitente: Silvestre Revueltas
Destinatario: Ángela Acevedo
Lugar: Mar Atlántico

TRANSCRIPCIÓN
A bordo del “Britannic”
A bordo del “Britannic”.
Junio 29.

Angelucha:
Juan de la Cabada trae consigo esta máquina. He decido enseñarme a escribir en ella. La vida a bordo es tan monótona que es preciso aprender todo lo más que se pueda, y así, aprovechar el viaje. Música es difícil escribir aquí. Se necesitaría más soledad, más concentración. Hay mucho pasaje. La gente llena todos los lugares, y es difícil aislarse. Escribo en el camarote, que es el de cuatro de nosotros, de manera de estar más tranquilo. En la sala, que por lo demás está bastante bien, hay siempre mucha gente. Gente extraña, aburrida e igual; apenas una que otra chica, fresca y buena como jamón cocido, pero sin más interés. Blancas y olorosas a jabón y talco. ¡Cómo me acuerdo de tu carne oscura, iluminada y cálida! ¡Cómo te recuerdo a cada momento, y con cuánta ternura ansiosa e inquieta por la ausencia y la distancia! Comer y dormir, pasear sobre cubierta, volver a comer y a dormir; así se va el tiempo. Las horas más bellas son las de la mañana. Temprano. Horas silenciosas y solas, porque la gente duerme todavía, y las horas divinas de la tarde. Horas oscuras, nostálgicas de la tarde, ya casi de noche, cuando ya las gentes son como las sombras de los sueños, y van sobre cubierta como fantasmas. Desconocidas. Lejanas... Es entonces cuando despierta mi vieja melancolía, aquella vieja melancolía de mi juventud, tan apasionada y sedienta, tan llena de deseos. Y renace en mí el mismo amor aquel de la vida, a la vida, que sigue igual a través del tiempo. Mi mismo deseo infinito de ternura para todo lo viviente, mi igual dolor angustiado en busca de mi expresión; de la expresión de mis ansias, de mis amores. Oscurece más. Ya apenas se distingue la línea del horizonte. Las nubes se han vuelto negras y se confunden con el mar. Oigo tu voz en el silencio de la tarde; te siento jun-

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