5 de enero de 1936.
Silvestre:
Antes que nada, déjame desearte un “feliz y próspero Año Nuevo”. Ojalá que este año te traiga éxitos más grandes y felicidad, que tanto te mereces.
Al comenzar tu 37º año, debes estarle muy agradecido a la vida por todas sus bondades; joven como eres, has hecho, y estás haciendo, grandes cosas. ¿Es satisfactorio? Debe serlo; estoy tentada a envidiarte.
Me da gusto saber que vas bien con Carm[en]; estoy segura de que si eres paciente con ella, te darás cuenta de que es adorable, considerada, y dispuesta a seguir consejos. Estimúlala con su trabajo; ella es joven y necesita aliento, necesita tu guía; hazlo con tacto, no a la fuerza; nunca me ha mostrado temperamental conmigo, siempre hemos sido las mejores de amigas, y estoy segura que si tú muestras dispuesto, ella lo va a corresponder. Para ser amado tienes que amar, y no es tan difícil, Silvestre; sólo inténtalo.
(Qué coincidencia. Mientras escribo esta carta estoy escuchando en la radio a Erika Morrini tocar de los solos que tanto. ¡Qué extraño!).
En fin, volviendo a la carta, Carm[en] parece estar preocupada por su escuela; siente que le has sugerido que la dejará para dedicarse enteramente a la música. Estoy segura de que tú no quisiste decir eso, y así se lo escribí. Necesita terminar la secundaria; es requisito para continuar su educación, como espero que haga. Tengo esperanzas de enviarla a la Universidad para que pueda recibir la educación como la reciben otros jóvenes hoy en día. Además, la escuela no es tan cara; ella mencionó que sólo cuesta $30 pesos al mes. Alguna vez me escribiste que ella podría ser educada allá, y estoy segura de que cerciorarás que así sea. Sé que fue un malentendido de su parte, y en cuanto a sus clases de equitación, ella entenderá: sólo dile en perfecto inglés que no puedes costearlas.
¿Cómo le va con el español? Ya escribió algunas cartas que muestran su progreso, ¿qué piensas tú de él? Ojalá pudieras encontrar un poco de tiempo y me escribas sobre ella; parece que está disfrutando México, que es feliz ahí. Espero en verdad que esté mejorando su música y baile. Anímala a que practique, escúchala; superará sus nervios cuando tenga algo de confianza, pero intenta darle atención personal; no te arrepentirás jamás, Carm[en] es la cosita más adorable cuando la conoces en verdad; ella te amará por eso, ella desea afecto, y tú deberías de dárselo. (Ahora Erika parece estar tocando el “Old Refrain”; ¿te acuerdas de Kreisler? ¿Y tu primer recital en la Sala Wagner [en español en el original]? ¿Y lo que le siguió?).
Bueno, de nuevo te deseo felicidad y éxito en todos los años venideros.
Jul.
1104 Pratt Blvd..
