Musical panorama of Mexico Writings - Music

Theme: Mexico’s music situation in the 1930s
Location: Valencia (Spain)
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TRANSCRIPCIÓN
PANORAMA MUSICAL DE MÉXICO
Panorama musical de México.

Por Silvestre Revueltas.

México Musical tiene apenas nueve años.
Carlos Chávez, músico de hierro —así lo llamaba yo desde aquel tiempo en que trabajábamos juntos—, organizó la actividad y la producción musical de México.
Fuimos un grupo reducido, con un mismo impulso y con una buena energía destructora: José Pomar, Lu
is Sandi, Eduardo Hernández Moncada, Francisco Agea, Ricardo Ortega, Candelario Huízar.
Nuestro ímpetu nuevo y alegre luchó contra la apatía ancestral y la oscuridad cavernosa de los músicos académicos. Bañó, limpió, barrió el viejo Conservatorio que se desmoronaba de tradición, de polilla y de gloriosa tristeza.
Se fundó la Orquesta Sinfónica de México, y Stravinsky, Deb
ussy, Hönegger, Milhaud, Varèse, sobresaltaron el plácido sueño de los milenarios profesores cultivadores de la polilla y el del público, que se encontraba anestesiado por un Beethoven que le recetaban un año sí y otro también las orquestas que para esas ocasiones se formaban como podían, dirigidas por uno u otro de los venerables maestros consagrados que exprimían a conciencia, de las desgraciadas nueve sinfonías, toda la ramplonería y la literatura mundial con ejecuciones espantables pero muy del agrado del adormecido auditorio. Anestesiado y adormecido también, para colmo de males, con una lluvia de recitales de canto, de violín, de arpa, de arias, de romanzas, de óperas más viejas y vulgares que un Arco de Triunfo o un plato de lentejas, que les servían a diario —¡todavía!— las academias particulares y el mismo Conservatorio —solidario solemne, vacío y vistoso como una condecoración diplomática— de todo acto de cursilería musical que sirviera para ayudar al progreso de la holgazanería romántica y la ineptitud profesional.
En estas condiciones, la reacción fue violenta y conocimos el alentador siseo, pataleo, denuesto y agresiva indignación del público apoltronado y perezoso
y de los críticos de siempre —¡ah, la crítica musical!— de pluma acomodaticia e ignorante. (Se han necesitado nueve años para apaciguar las voces agrias de los críticos musicales. Bastó que Chávez dirigiera con éxito las orquestas de Nueva York y Filadelfia para que los críticos aterciopelaran la voz. ¡Terciopelo que huele a pitanza!). Y se luchó tenazmente. Con alegría y confianza.
La juventud siguió nuestro camino y poco a poco se fue formando una nueva generación de músicos. En la orquesta y en el Conservatorio,
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